Cotilleando por el
recetario de Apicio De re coquinaria
llama la atención la presencia de recetas que llevan el nombre minutal
y patina.
Se encuentran en el Libro IV, un capítulo titulado Pandecter, que se dedica a platos que conllevan gran cantidad de
ingredientes de lo más variado, además de ser platos sencillos de elaborar y
bastante contundentes. Es decir, son composiciones culinarias sencillas,
completas y muy populares. Veamos en qué
consisten.
Las patinae
se llaman así por el recipiente donde se elaboran, una especie de sartén o
cazuela ancha y honda, provista de tapa y asas, donde se cocina y se sirve el plato. Las patinae eran una especie de pasteles salados compuestos de
verduras, pescados o carnes que tenían quizá la consistencia de budin, puesto
que se cuajaban con huevo, o bien
podían parecerse a una quiche o incluso a una lasaña. Al resultar un plato
compacto, era muy cómodo para comer también en el triclinio, puesto que se podía
trocear fácilmente y tomarlo con los dedos. En el Libro IV de Apicio aparecen
nada menos que treinta y siete recetas de patinae.
Muchas de ellas contienen huevos batidos que se añaden crudos para ligar la
salsa. Algunas contienen también harina o espelta (amulum) para espesar. Pero lo que más sorprende es la presencia de sesos entre los ingredientes de siete
de ellas. Los sesos cocidos (cerebella
cocta) confieren textura y suavidad al plato, y sobre todo sirven para
ligar todos los ingredientes, lo mismo que el huevo. Los dos juntos, huevos y
sesos, hacen que el plato sea graso, calórico y colesterólico, por lo que no es
raro que el sabor se complemente con ingredientes dulces y ácidos, como la
fruta.
Veamos como ejemplo
una patina de serbas, un fruto del
serbal común parecido a unas pequeñas peras:
PATINA
DE SERBAS FRÍA Y CALIENTE
Coger unas serbas,
limpiarlas, picarlas en un mortero y colarlas. Sacar el nervio de cuatro sesos
cocidos, poner en un mortero ocho escrúpulos de pimienta (10 gr.), rociar con
garum y triturar. Añadir las serbas y mezclar bien; romper ocho huevos, añadir
una cucharada de garum. Untar una cacerola (patinam)
limpia, poner a las brasas y echar en ella el preparado. Procurar que tenga
brasas por encima y por debajo. Cuando esté cocido, espolvorear pimienta molida
y servir. (Apicio IV, II, 33)
Los minutalia
son guisos característicos de la cocina popular. Consisten en un plato
compuesto de numerosos ingredientes cortados minutatim, es decir, de
tamaño diminuto: “es llamado minutal por
el hecho de que se hace a partir de pescados, albóndigas y vegetales cortados
de manera diminuta” (Isidoro, Etim. XX, II, 29). Más o menos se
corresponden con los picadillos y se presentaban muy condimentados y con su
correspondiente salsa espesa. Se caracterizaba también por llevar una masa de
pasta, llamada tracta, que se
troceaba y le daba densidad al compuesto. Como en el caso anterior, se trata de
platos muy condimentados y calóricos.
Fuente de la imagen: http://www.smulweb.nl/ |
En el Libro IV hay ocho recetas de minutalia, de las que selecciono una al
azar:
MINUTAL
EX PRAECOQUIS (Minutal
de albaricoques)
“Poner en una
cacerola aceite, garum, vino; picar unas cebollas secas escalonias y cortar en
cuadrados la paletilla de un cerdo cocida. Cuando esté todo cocido, picar
pimienta, comino, menta seca, eneldo, rociar con miel, garum, vino de pasas,
vinagre en poca cantidad, jugo de la propia salsa y amalgamar bien. Echar unos
albaricoques deshuesados, dejar hervir hasta su completa cocción. Envolver con
la pasta (tractam), espolvorear
pimienta y servir”. (Apicio IV, III, 6)
Prosit!
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