En el Museo del
Louvre se encuentra una curiosa lápida conocida como la “inscripción de Isernia” (CIL
IX, 2689), que ha suscitado no pocas dudas a historiadores, epigrafistas y
estudiosos de la cultura material romana en cuanto a su finalidad y origen.
CIL IX, 2689 |
La lápida, que mide
95 cm de altura por 58,5 cm de anchura y sólo 31 cm de grosor, hecha de piedra
calcárea porosa de no muy buena calidad, se remonta a la primera edad imperial
(inicios del siglo II dC), se encuentra en muy buen estado de conservación, y muestra
una inscripción textual y otra gráfica.
Vayamos al texto, tal
como aparece:
L CALIDIVS EROTICVS
SIBI ET FANNIAE VOLVPTATI V F
COPO COMPVTEMVS HABES VINI ) I PANE
A I PVLMENTAR A II CONVENIT PVELL
A VIII ET HOC CONVENIT FAENVM
MVLO A II ISTE MVLVS ME AD FACTVM
DABIT
El texto se puede
completar así:
L(ucius) Calidius Eroticus
sibi et Fanniae Voluptati v(ivus) f(ecit).
“Copo computemus!” “Habes vini (sextarium) (unum). Pane(m):
a(sse) (uno).
Pulmentar(ium): a(ssibus) (duobus)”. “Convenit”. “Puell(am):
a(ssibus) (octo)”. “Et hoc convenit”. “Faenum
mulo: a(ssibus) (duobus)”. “Iste mulus me ad factum
dabit”.
Y, finalmente, vamos
a la traducción. Para ello, igual que para la transcripción anterior, he
seguido a Elisa Terenziani[1].
La primera parte, el titulus, se
dedica a Lucius Calidius Eroticus,
quien la realizó “en vida” para sí mismo y para Fannia Voluptas. Este es uno de los puntos misteriosos para los epigrafistas,
ya que no se ponen de acuerdo si es una inscripción funeraria, o publicitaria
del local del tal Lucius Eroticus, o ambas, o incluso paródica al estilo del
teatro cómico latino. Personalmente me inclino más por la teoría de la publicidad irreverente del local, como
defiende el estudioso Garrett G. Fagan[2],
quien considera que el estilo funerario es un juego “literario” para asociar el
disfrute de la vida y la presencia de la muerte y que, realmente, es una señal
comercial de humor para promocionar una posada. La verdad, considerando los
nombres del posadero, Lucio Calidio Erótico, y su “socia” Fannia Voluptas, o
sea, Fania Placer, uno puede tener sospechas del tono irreverente y cómico de
la lápida. Además el grosor de ésta es sólo 31 cm., lo cual, según Fagan,
implica que era lo suficientemente delgada como para ser instalada sobre una
pared o sobre un dintel.
Bien, a continación
viene un diálogo entre el posadero y el cliente, que se puede traducir así:
- Posadero, ¡la cuenta!
- Tienes un sextario de vino, un as de
pan, dos ases de companaje.
- ¡Bien!
- La chica, ocho ases.
- Bien esto también.
- El heno para el mulo, dos ases.
- Este mulo será mi ruina.
Tras el texto, se
halla una representación gráfica del cliente, con la capa con capucha (paenula viatoria) típica de los
viajeros, y con el mulo en cuestión, animal muy usado para cualquier
desplazamiento. A su lado hay una figura que seguramente representa el
tabernero, el propio Lucius Calidius Eroticus, con quien mantiene el diálogo
que salda la cuenta.
Lápida de la tabernera Sentia Amaranis. Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. |
Así pues, tenemos
aquí un ejemplo de una sencilla comida
de viaje. Nuestro viajero ha consumido vino, pan, companaje, compañía
femenina y heno para el mulo. Nada fuera de lo común. De vino ha consumido un sextario, es decir, poco más de medio litro
(0,547 litros) y no se nos dice el precio. Lo convencional sería un as por
sextario, aunque también podría ser un regalo del posadero. Sin duda se trata
de un vino de baja calidad, incluso adulterado. Nada que ver con los estupendos
falernos, opimianos o nomentanos, sofisticados y sabrosos, que se podían tomar
con nieve o aromatizados con pimienta y miel. Nuestro viajero seguramente ha
tomado un vino más plebeyo y peleón, puesto que ni se menciona el precio. Debe
de ser el “vino de la casa”, de dudoso origen y elaboración. Si en la posada
hay un vino mejor, éste se reserva para el propio posadero o sus invitados, o
para viajeros de más categoría, si los hay.
Nuestro viajero ha
consumido un as de pan. Seguramente
tampoco sería panis candidus, el de
mejor calidad y mayor precio. Es posible que fuese un panis cibarius, pan negro bastante integral y barato, o panis plebeius, de segunda categoría, o
incluso un panis durus ac sordidus,
de ínfima calidad.
Caupona de Salvius. Pompeya. |
Ha gastado dos ases de companaje. He usado esta
palabra para traducir “pulmentar(ium)”,
pues esto último significa cualquier cosa que se coma con el pan, y que puede
ser carne, pescado, verduras guisadas,
huevos, legumbres, o lo que hubiera. La palabra pulmentarium era relacionada en la época con la puls, es decir, con las gachas que son
el antecedente del pan en Roma. El mismo Plinio el Viejo nos dice: “aun hoy se llama pulmentarium, que viene de
puls, lo que se come con el pan.” (NH XVIII, 19). Sin embargo, la
etimología parece que se relaciona con pulmentum,
que a su vez se relaciona con pulpa,
magro de carne. Pulmentum sería un
plato de carne cocida en su salsa, muy a propósito para comerse con pan. La
cuestión es que el pulmentarium
designa al alimento que se come junto con el pan. Además de carne, pescado,
verduras guisadas o legumbres, el pulmentarium
podía constar de aceitunas: “Adoba gran cantidad de las olivas que caen,
para pulmentario de la familia” (Catón, R.R., 58), o de higos: “Los higos secos, si tengo pan, me sirven de pulmentario; si no tengo,
los como en lugar de pan” (Séneca, Ep. 87, 3), aunque lo más frecuente es
que fuese queso (caseus).
CIL 06, 10036 |
Nuestro viajero ha
gastado además dos ases para el heno del
mulo, compañero indispensable en cualquier desplazamiento en la antigüedad,
y ocho ases en la compañía femenina
(“puell(am)”). Esta referencia última
junto a los nombres que encabezan la inscripción (Eroticus y Voluptati) hace
sospechar que se trata de una prostituta, ocasional o no, igual hasta la propia
Fannia Voluptas. El sexo era un elemento habitual en las posadas romanas. A
menudo estos locales ofrecían a una no muy distinguida clientela el uso y
disfrute de prostitutas, asellae. A
propósito recordemos el encuentro de Horacio con una “puella” samnita, en un
parador próximo a Trivico (“Aquí yo,
tonto de mí, espero a una moza mentirosa hasta la media noche”) (Sat. I, 5, 82-85); o bien la
pintada “Futui coponam” sobre un muro
pompeyano (CIL IV, 8442), muy
elocuente también sobre lo que el autor hizo con la tabernera; o el bonito
letrero para un establecimiento romano que muestra posiblemente cuatro
prostitutas y que lleva el nombre de Ad
sorores IIII (“Las cuatro hermanas”)
(CIL 06, 10036).
La zona donde fue
hallada la inscripción es un poco misteriosa, pues es conocida por aparecer
mencionada en muchas fuentes, pero se desconoce el lugar de aparición original.
Seguramente podría pertenecer a una posada situada en la localidad actual de
Macchia di Isèrnia, antigua Aesernia,
localidad situada en la zona del Samnium, justo entre el Lacio y la Campania.
Las vías que conectaban estas dos zonas están llenas de puntos de parada de
todo tipo, a juzgar por los diferentes hallazgos arqueológicos. Y en la misma
Tabula Peutingeriana la ciudad de Isernia se señala con una estación que parece
de cierta importancia, y que bien podría ser un establecimiento dedicado al
alojamiento y al cambio de los caballos.
Aesernia (en el centro). Tabula peutingeriana. |
Así pues, el local de
Calidius Eroticus bien puede tratarse de una caupona, es decir, un
restaurante de carretera o mesón, un lugar situado en una vía principal del
imperio, un lugar de restauración para viajeros. Aunque también puede ser una mansio,
una especie de hotel de carretera preparado para pasar la noche. O incluso una caupona situada junto a una mansio, formando parte de algún punto
principal de “restauración”. En todo caso, es un local donde se podía comer un
plato, presumiblemente graso y caliente, acompañado de vino de la casa. No es
un local lujoso, pero sí suficiente para cubrir las necesidades de un viajero
no demasiado exigente: comer por tres o cuatro ases (un sextercio), alimentar
al mulo por dos ases (medio sextercio) y desfogarse con la puella por ocho ases (dos sextercios). Un local barato si
consideramos que un sextercio es también la pecunia
alimentaria diaria de un soldado a finales del siglo I dC.
La inscripción ha
inmortalizado a Calidius Eroticus y ha conseguido que la oferta de su local se
haga permanente.
BIBLIOGRAFÍA
TERENZIANI, Elisa: “L. Calidi Erotice, titulo manebis in aevium”. Storia incompiuta di una discussa epigrafe isernina [CIL IX, 2689]. “Ager Veleias”, 3.09 (2008)
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